En Latinoamérica, las diferencias de competitividad entre países son considerables
Chile es el país más competitivo de Latinoamérica, según el ránking del informe anual sobre competitividad que presentó hoy el Foro Económico Mundial (FEM) y que da a Venezuela la peor nota en la región.
Mientras el primer país se encuentra en el puesto 33, lo que supone una mejora de dos posiciones frente a su resultado de hace un año, Venezuela está en el extremo opuesto al ocupar el lugar 130, entre 138 países analizados.
De los indicadores estudiados se desprende que Chile lo hace particularmente bien en materia educativa y de formación.
Panamá es el segundo país latinoamericano que figura en el ránking y el que más ha progresado (puesto 42 y un avance de ocho posiciones) gracias a su entorno macroeconómico, a la eficiencia de su mercado y al desarrollo de su mercado financiero.
Por su parte, Costa Rica ha caído ligeramente -dos posiciones- al lugar 52, pero el informe resalta sus fortalezas en educación y salud primarias, así como en innovación.
México avanza seis lugares para posicionarse en el puesto 51, en una evaluación que indica que los factores más problemáticos para hacer negocios en este país son la corrupción, el crimen, una burocracia ineficiente y las tasas de impuestos.
La sorpresa la da Brasil -afectado por la recesión y una crisis política sin precedentes en las últimas décadas-, ya que pese a encontrarse en el puesto 81, obtiene resultados positivos en los factores relacionados con las instituciones.
«Esto implica un reconocimiento de parte de la comunidad empresarial de que Brasil está intentando afrontar y resolver los problemas relacionados con corrupción, desconfianza en la clase política y en las instituciones, lo que debe verse de forma positiva», señaló el jefe de investigación sobre competitividad del FEM, Daniel Gómez Gaviria, al presentar el informe.
En Latinoamérica, las diferencias de competitividad entre países son considerables, pero si hay una brecha regional que predomina, ésta tiene que ver con el entorno macroeconómico.
Este factor refleja el doble shock que implicó la disminución de la cotización de las materias primas y de las inversiones
Otro pilar de la competitividad que ha sido afectado considerablemente en la región es el que tiene que ver con la corrupción.
Sobre las perspectivas para Latinoamérica, el informe señala que pese a la relativa depreciación de las distintas divisas con respecto al dólar, las exportaciones no se han recuperado.
«Esto hace evidente la magnitud de los desafíos relacionados con la competitividad en la región, donde la media de productividad ha caído de forma sostenida en los últimos veinte años», explicó Gómez.
«Después de casi una década de fuerte crecimiento que siguió a la crisis financiera global, las tasas de crecimiento han caído y en varios países están dirigiéndose hacia la recesión», advirtió Gómez.
En este sentido, se afirma que el fin del ciclo de precios altos de las materias primas ha resultado en una caída en el valor de las exportaciones de Venezuela, Colombia, Ecuador, Argentina y Brasil.
El resultado de todo esto ha sido un importante déficit comercial en la región, lo que a su vez genera reducciones en los presupuestos gubernamentales y déficit en cuenta corriente.
En general, los países exportadores de petróleo se comportan peor en términos de desempeño macroeconómico que aquellos que no lo son, sobre todo en los parámetros de instituciones, infraestructuras y eficiencia del mercado de bienes y laboral.
Según el informe, el «boom» de las materias primas escondió las necesidad de avanzar en la agenda de competitividad, lo que hubiese permitido la aparición de nuevos actores en las economías y la diversificación de las mismas. EF
Fuente: http://laestrella.com.pa/