Veintitrés sefardíes residentes en Panamá juraron hoy fidelidad a la Constitución y al rey, tras la aprobación de una ley que permite adquirir la nacionalidad española a todos aquellos que acrediten ser descendientes de los judíos expulsados de España en 1492.
«Sean ustedes, queridos compatriotas, bienvenidos a este pedacito de territorio español que es la embajada de España», exclamó el embajador en Panamá, Ramón Santos.
En junio del 2915 el Congreso de los Diputados aprobó la ley que otorga la nacionalidad española a aquellos sefardíes que así lo soliciten sin necesidad de que renuncien a su otra nacionalidad y sin la exigencia de residir en España.
Un día después de que entrara en vigor dicha ley, el Gobierno español concedió la nacionalidad, por carta de naturaleza, a un grupo de 4.302 sefardíes de distintos países, que ya la habían solicitado antes de la aprobación de la norma y a quienes se le agilizó el proceso para que no lo tuvieran que empezar de nuevo.
Entre esos sefardíes se encuentran los judíos que acudieron al acto de este martes celebrado en la embajada de España en Panamá, en el centro de la capital panameña.
«Es un acto de reparación de una decisión injusta que se tomó hace siglos. El nombre de sefardíes viene precisamente de Sefarad, la palabra con que la lengua hebrea denomina a España», recordó el diplomático.
La concesión de la nacionalidad española «es un gesto de acercamiento» y supone «dar un paso hacia la unión, pues hemos sentido siempre que nos expulsaron», admitió a Acan-Efe David Perets, el rabino de la sinagoga Shevet Ahim, la más grande de la capital panameña.
El sefardí más joven y el primero en jurar la Constitución española en el acto de este martes en Panamá ha sido Moisés Garzón, de 24 años, que en pocos meses recibirá el pasaporte español con el que se le «abrirán las puertas de la Unión Europa».
Los abuelos de Garzón son originarios de la ciudad marroquí de Tetúan (cuando aún formaba parte del Protectorado español de Marruecos) y es familia de uno de los principales rabinos de Madrid, Baruch Garzón.
«El nombre de mi tío abuelo sale» en el directorio telefónico «como B. Garzón y aparece justo antes del teléfono de Baltasar Garzón», el conocido exmagistrado español, y «los rabinos se equivocan y llaman al juez preguntándole por mi tío», relató con gracia el joven.
El abogado Abraham Sofer, cuyos antecesores son de la ciudad española de Toledo, dijo estar «muy agradecido con el Rey (Felipe VI) por reconocer el error histórico de sus antepasados, y con el Parlamento español que unánimemente aprobó, tanto la oposición como el Gobierno a pesar de la disputa que tienen ahora, que los judíos regresemos a España».
Panamá tiene una de las comunidades hebreas más importantes e influyentes del continente. A excepción de Israel, Panamá es el único país del mundo que ha tenido dos presidentes judíos, Max Delvalle Levy-Maduro (1967) y su sobrino Eric Arturo Delvalle (1985-1989).
Los primeros judíos llegaron al país centroamericano hace 150 años y, en la actualidad, suman cerca de 20.000, el 85 % de los cuales son sefardíes, explicó el rabino Perets.
La mayoría de los veintitrés sefardíes nacionalizados hoy son emigrantes venezolanos, llegado a Panamá en los últimos años debido a la crisis que enfrenta Venezuela.